miércoles, mayo 30, 2012
Ya no tengo miedo de mirarte a los ojos.
Los años han pasado y ya no temo mirarlo, ni siquiera buscando en lo más profundo de su mirada. Le pregunto si tiene dolor, si no lo ha podido superar, pero él me asiente con su cabeza y me dice que todo está bien, que ya pasó, que me perdonó. Estamos a unos centímetros de distancia, respiramos el mismo aire, compartimos los aromas que nos rodean, la luz tenue nos acompaña y solo estamos los dos, nadie más ni siquiera en nuestros pensamientos. Trato de no quebrarme, lo disimulo, lo abrazo, lo beso. La vida se me está yendo en un suspiro que no puedo detener. Me veo con él en unos próximos años, tomada de su mano caminando por el camino que queremos recorrer juntos. Que no me deje nunca de mirar así, que no detenga nunca su respiración, que sus labios solo me besen a mi para siempre hasta la eternidad. Juro que no fallaré, juro que lo amaré toda mi vida, juro no abandonarlo nunca. Lo necesito a mi lado. Nunca amé así.
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