Creo que hace como dos semanas estaba descansando de todo el estres que tenía acumulado de días ,y no se me ocurre nada mejor que pararme en frente del espejo que tengo en mi pieza y comenzé a sacarme fotos,pero luego de un momento dejé de lado la cámara y me dediqué a empezar a mirarme y me di cuenta que a pesar de solo tener 18 años ya he vivido demasiadas cosas y muy variadas,desde triunfos,derrotas,alegrias,penas ,decepciones,etc.
Ya no era la misma,me di cuenta que mi cara no seguía siendo la misma,ya no era esa cara de niña,ya me veía como una mujer más con sus responsabilidades e ideales;fue demasiado fuerte la sensación incluso me llegó a dar miedo,pero había que asumirlo,ya estoy grande,eso fue lo más dificil porque para autoconvencerme empezé a recordar todas las cosas que estoy haciendo y que comenzé a hacer unos 3 años atrás...fue bastante heavy pero a la vez genial porque me di cuenta que he logrado todo lo que me he propuesto y querido.
A pesar de que ayer la pasé muy bien con mis ex compañeras de colegio,pasó algo que nunca pensé que ocurriría.En unos de los tantos momentos de la noche,la conversación se cerraba y quedaba un espacio en blanco,super incómodo pero había que asumirlo,porque creo que muchas nos dimos cuenta que nuestros temas ya no están siendo los mismos,y las cosas en común están empezando a desaparecer y a quedar en el baúl de los recuerdo;uno a veces piensa que todo es eterno y que siempre será lo mismo pero es un gran error,solo han pasado 3 meses de la separación y los lazos no son los mismos...ahi me di cuenta que por más que uno quiera...debemos asumir que el tiempo no se detiene...
1 comentario:
Amiga!
Concuero absolutamente contigo. Más de alguna vez me ha pasado que, al levantarme, me siento un tanto agotado y a veces sin ánimo, pero luego me doy cuenta de la historia que llevo conmigo, las derrotas, los triunfos, las alegrías y penas. Por mucho tiempo he pensado que son más las cosas malas las que he tenido, pero luego me doy cuenta que no es así. Tal vez, las cosas buenas demoran un tanto en llegar, pero saben recompensar todo el esfuerzo que hemos hecho para llegar a ellas.
Por supuesto, has crecido, has crecido mucho y, en el tiempo que llevamos desde que nos hemos conocido, he notado cambios en ti. Te veo con tus responsabilidades y el trabajo que haces, siendo coherente con todos tus ideales, por lo que siempre me he alegrado. Has luchado y llorado por lo que quieres y te ha costado, pero, después de la tormenta, ¿puedes darte cuenta que has llegado a tu meta y las nubes se disiparon para dejar ver un sol radiante que te ilumina aún en la noche?
Sólo espero que esta amistad que nació un día, un cruce de caminos que siempre agradeceré a Dios, no pase a un baúl de recuerdo. No quiero que sea así, quiero que sepas que, tal vez, un silencio sea un momento de divagación paralela de pensamientos que terminarán llegando a una desembocadura, un silencio será una palabra que nuestras almas querrán decir sin que nuestro cuerpo sea el mediador. Un silencio, simplemente estar el uno al lado del otro, estando atento para dar un consejo, una caricia o un abrazo cuando sea necesario.
Besitos, un abrazo y tqm!
Kinkan ®
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